Arnés a la cintura y mosquetón en mano, ¡estamos listos para emprender el curso en los árboles de la trepa de árboles! Una vez superados los primeros niveles, empezamos a tener las piernas temblorosas, las palmas de las manos sudorosas y unas ganas fuertes de darnos la vuelta… ¡y de repente recordamos que nuestra imagen de superhéroe está en juego a los ojos de nuestros hijos! ¡Ya no es cuestión de renunciar a sensaciones fuertes garantizadas para todos, jóvenes y mayores!
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