¿No crees en ello? Sin embargo, la ciudad tiene su propia playa de arena fina, cerca del pintoresco pueblo de Saint-Victor-sur-Loire. Depende de usted holgazanear al estilo Saint-Etienne quedándose a la orilla del agua o embarcando en un crucero. Entonces tendrá el punto de vista adecuado para disfrutar de los tesoros que abundan en la reserva natural de Gorges de la Loire.

También puedes subir al pueblo medieval que ofrece una vista impresionante del Loira. La oportunidad de retroceder en el tiempo descubriendo el castillo y la iglesia de Saint-Victor. Una vez bajados, volvemos a Saint-Étienne y paseamos por la rosaleda de Berland donde podremos ver y oler “Aimé Jacquet” o “Muriel Robin”…
¡No te preocupes, aquí estamos hablando de rosas, no de las personalidades que se relacionan con ellas!

Desde Les Condamines, un poco más lejos, hay numerosas rutas de senderismo. Al tomarlos, se penetra en el corazón de los secretos de la reserva natural. Los guías son el búho real, el campanero de vientre amarillo o incluso el tomillo azul. Con un poco de suerte, incluso podrás pedirles un selfie con el castillo de Essalois o el de Grangent de fondo. ¡Chicos afortunados!