Pare el motor del coche y escuche. Oyes el sonido del viento.
Abre bien los ojos, ves este paisaje y sus casas de piedra.
Está en modo de "descompresión". Ese es el efecto Saint Victor sur Loire. Un gran cuenco de bienestar y tranquilidad. Sobre todo porque allí tenemos el paquete completo: castillo medieval e iglesia románica por un lado, barcos y ociosidad por el otro.
Incluso el romance está en la agenda con el jardín de rosas de Berland y sus 80 variedades de flores. Además, sobre este tema, los invito a oler nuestra divertida Stéphanoise "Muriel Robin", es refrescante. Olí a Aimé Jacquet, reconozco que emana como un perfume de Victoire.
En el lugar, es difícil resistirse a la llamada de un paseo por la pasarela. No busques las cerezas allí, una vieja leyenda dice que los habitantes vendían todo a los Stéphanois. Como resultado, se ganaron el apodo de croque-cherries. ¿No habría un poco de celos allí?